Interface trae consigo una larga historia de voltear a la naturaleza para buscar inspiración. Cuando la empresa acogió la sostenibilidad por primera vez en 1994, una de las primeras preguntas que nos hicimos fue “¿Si la naturaleza diseñara una empresa, cómo funcionaría?” Estos primeros cuestionamientos nos ayudaron a crear una marca para rediseñar nuestro negocio y convertirlo en uno que no solo no tuviera impactos negativos, sino más bien una influencia restauradora.
En colaboración con Biomimicry 3.8, desarrollamos una metodología gracias a la cual nosotros y otras empresas podemos transformar instalaciones de ‘huella cero’ hasta proporcionar los mismos beneficios que los ecosistemas de alto rendimiento. Llamamos a esta metodología, “Una Fábrica como un Bosque” (FaaF).
Erin Meezan, Directora de Sostenibilidad de Interface, y Nicole Hagerman Miller, Directora Ejecutiva de Biomimicry 3.8, ofrecieron una charla recientemente sobre la metodología de marcas sostenibles en Sustainable Brands Vancouver, y en Sustainable Brands Buenos Aires en Septiembre de 2018. Aquí es donde el dúo se involucra en conversaciones sobre la metodología y su potencial para ser usada a nivel universal.
“Una Fábrica como un Bosque” suscitó bastante entusiasmo en el SB’18 Vancouver. ¿Cómo surgió esta colaboración entre Interface y B3.8?
Erin Meezan: En 2016, Interface tomó la audaz decisión de ir más allá de la Mission Zero® para visualizarnos como un negocio positivo. Fue Janine Benyus de Biomimicry 3.8, quien vinculó nuestra visión con una pregunta que hizo Ray Anderson al inicio de este viaje de Interface junto a la sostenibilidad y que nos hizo reflexionar – “¿Cómo podemos hacer para que nuestra empresa funcione como un bosque?” También conectó con Janine y el trabajo de su equipo sobre los Estándares de Desempeño Ecológico (EPS) que condujeron a esta iniciativa pionera de colaboración. La idea era crear parámetros que sirvan como puntos de referencia para que nuestro negocio cambie la forma en que construimos y operamos nuestras fábricas.
Nicole Miller: Lo que estamos impulsando es una estrategia integral para las empresas que puedan compenetrarse y alinearse con otros objetivos de sostenibilidad y estándares de construcción. La colaboración entre B3.8 e Interface ha puesto en marcha toda una conversación sobre el uso de la naturaleza como nuestro punto de referencia final y, una vez que nos desempeñemos a ese nivel, alcanzaremos la verdadera sostenibilidad. El concepto proporciona una visión para iniciativas que de otra manera podrían parecer fragmentadas, pero que en última instancia respaldan un objetivo a largo plazo de ir más allá del cero neto.
¿Qué inspiró la metodología FaaF?
EM: «La metodología FaaF se basa en dos creencias fundamentales. La primera es que la naturaleza es un modelo sorprendente para la sustentabilidad y la productividad y la segunda emergió en torno a la idea del impacto positivo. Fue desarrollado a través de un método iterativo a lo largo de varios años en un proceso de cuatro pasos. Los estudios iniciales en torno a un ecosistema local y sus funciones se llevaron a cabo en nuestra fábrica en Minto, Australia. La metodología fue luego llevada a la fábrica en LaGrange, Georgia, donde se desarrollaron los parámetros reales. En esto momentos nos encontramos en la primera fase de implementación de algunas de las recomendaciones sobre el diseño.
Cuatro pasos para llegar del piso de la fábrica al piso del bosque.
La metodología solo es aplicable a instalaciones como fábricas o existe un potencial de ampliación?
NM: La intención del proyecto es ir más allá de los muros de la fábrica en LaGrange y comprometerse con otros fabricantes de la zona para tener un mayor impacto. Estamos explorando cómo podríamos aprovechar el conocimiento adquirido en LaGrange para determinar qué podría funcionar para otros proyectos. A medida que comencemos a hacer esto, todas las ideas de diseño orientadas a los parámetros que desarrollemos se convertirán en un depositario de mejores prácticas que podremos usar como base a medida que aprendamos más sobre los diferentes ecosistemas.
EM: La metodología FaaF apunta a aplicar el biomimetismo a una escala sistemática mayor y no limitarlo únicamente al diseño del producto. También hemos utilizado la metodología desarrollada para LaGrange a fin de influenciar el diseño del nuevo edificio de la sede de Interface Américas en el centro de Atlanta, ya que los dos pertenecen al mismo ecosistema. Por lo general, los parámetros desarrollados para un proyecto no se pueden replicar en otras instalaciones, ya que cada ecosistema de alto rendimiento es increíblemente complejo.
Las instalaciones de la fábrica de Interface en LaGrange emplean a más de 1000 personas. ¿Cómo fue el compromiso de los empleados para este proyecto?
NM: Sabíamos que los objetivos eran ambiciosos, por lo que no estábamos seguros de cómo serían recibidos. Lo que descubrimos fue que los empleados no solo estaban súper comprometidos con el aprendizaje de sus ecosistemas locales, sino que también el hecho de que estábamos usando esta información para crear un mejor ambiente de trabajo demostró ser un gran impulsor para asegurar el compromiso de nuestros empleados.
¿Se pueden replicar los parámetros desarrollados para un sitio en otro?
EM: Una vez que identificamos las funciones clave y el EPS de nuestro ecosistema local, tuvimos que evaluar eso en función del tamaño de la empresa y nuestros objetivos y aspiraciones de sostenibilidad, además de otros factores, como la cantidad de terreno disponible, las realidades del sitio y las restricciones que tendríamos mientras la fábrica funcionaba como su ecosistema natural.
NM: Si bien sabemos que el carbono, el agua, el suelo, la atmósfera y la biodiversidad son parámetros fundamentales, también sabemos que cada sitio es único y que debemos tomar en cuenta otras características que podrían ser específicas de ese ecosistema. La recopilación de datos y el análisis de brechas nos ayudan a identificar los puntos de referencia correctos para nuestros edificios en base a su ubicación.
Aunque Interface siempre ha tenido un sólido enfoque en la sostenibilidad, ¿fue necesario convencer al equipo senior para que se incorpore?
EM: No se necesitó convencer a ninguno de los miembros del equipo senior y creo que eso solo es un reflejo de los objetivos de Interface. Para futuros proyectos, nos gustaría interactuar con los equipos de operaciones e instalaciones en una etapa temprana en aras de obtener mayor familiaridad e información.
Si tuvieron que hacer frente a algún desafío mientras implementaban la metodología FaaF ¿cómo lo superaron?
EM: Los desafíos que tuvimos que superar fueron típicamente propios de un proyecto pionero. Ante todo, tuvimos que buscar una asignación de fondos para el proyecto sin saber muy bien cuál sería el resultado o el costo final. El segundo paso era que, en el futuro, el funcionamiento de nuestras fábricas estaría basado en un plan con grandes aspiraciones en vez de un plan concreto. Nuestra visión a largo plazo de tener un impacto positivo y con B3.8 visualizando este futuro para nosotros nos ayudó a superar estos desafíos.
¿Cuál es el futuro del proyecto la Fábrica como un Bosque y como podrían participar otros en este viaje de Faaf?
NM: Para nosotros, el siguiente paso es compartir nuestras experiencias con otros. Es muy importante que ayudemos a las personas a ver que esto va más allá de una visión, que es real, tangible, con impactos medibles, tanto a corto como a largo plazo. Como paso inmediato, hemos creado una herramienta de evaluación para ver si esto es algo que podría convenirles a ustedes / su organización. Y para aquellos que quieran ser parte del viaje, ya sea replicando los parámetros de Interface en LaGrange o cuantificando el objetivo de desempeño de su propio sitio, no dude en comunicarse conmigo en nicole.miller@biomimicry.net.
Featured Image Photo Credit: Talia Arbit