Ofreciendo mobiliario estilizado de fuentes globalmente responsables, West Elm creció en el barrio de Brooklyn de DUMBO (Down Under Manhattan Bridge Overpass). Su compromiso con las iniciativas de la comunidad, la dedicación al servicio personal minorista y el deseo de conectar mercados artesanales globales con sus clientes, lo convirtieron en un imán para el comprador millennial. Cuando su negocio despegó, fue necesario un espacio mucho más grande y versátil. Este fue el comienzo del proyecto West Elm DUMBO que incluiría no sólo oficinas corporativas, estudios de diseño y talleres, sino también una tienda minorista.
Para West Elm, permanecer en el vecindario donde crecieron fue decisión fácil, considerando su filosofía empresarial: Comunidad, Conciencia, Elección. Eligieron el edificio Empire Stores, situado en el muelle de Brooklyn. Este antiguo almacén de café, construido a finales de 1800 y que había estado vacío desde hace más de 50 años. Ahora estaba preparado para convertirse en la piedra angular de la arquitectura de esta zona revitalizada. West Elm vió su potencial y comenzó el gran plan de mudarse a su nueva sede en el otoño de 2016.
Conocidos por llevar la estética del mundo a una sensación de hogar West Elm buscaba traer esta misma sensibilidad a sus nuevas oficinas. La ventaja de West Elm: establecer relaciones con artesanos que podían desarrollar diseños únicos para el proyecto. En esencia, la oficina eventualmente se convertiría en un showroom masivo para todos los productos de West Elm. Crear un sentimiento hogareño en el trabajo hizo sentido para este minorista de artículos para el hogar y continuaba la tendencia en el diseño de oficinas corporativas, abarcando una sensación más residencial.
Mantenerse en sincronía con sus ideales era esencial para ayudar a West Elm a evolucionar continuamente su visión, a medida que se desarrollaba este proyecto masivo. ¿Quién mejor para ayudarles con eso que Mark Murashige de VMAD?, un colaborador de hace varios años. El arquitecto/diseñador ha trabajado con William Sonoma (casa matriz de West Elm) durante años y se ha asociado con Interface en proyectos para ellos en el pasado. Este proyecto ofrece una oportunidad única para desarrollar un vínculo entre dos compañías que comparten la misma esencia. Familiarizado con el compromiso a largo plazo de Interface respecto a prácticas sustentables, Mark menciona que el compromiso de West Elm con la comunidad y la conciencia «parecía un ajuste natural.”
Trayendo tableros de inspiración y materiales para ilustrar su visión, el equipo de West Elm se reunió con la diseñadora de Interface Kari Pei y su equipo. Juntos desarrollaron una imagen para la oficina, que incluía productos existentes, así como diseños personalizados que asemejaban la estética global de West Elm. Tejidos decanasta, texturas y colores que recuerdan a las piezas artesanales de West Elm se reflejaron en la propuesta de la alfombra modular. Una colaboración que en palabras del diseñador Murashige fue «… llena de vida, un reflejo de la marca West Elm.»
En cuanto al espacio, se había planeado crear oficinas privadas y compartidas, salas de diseño y espacios comunitarios. Hablando sobre los beneficios de contar con una variedad de espacios de trabajo, Paolo Kos, Vicepresidente de Diseño de West Elm, menciona que: «En un espacio de oficina abierto, destinado a que uno esté sentado en su escritorio durante 8 horas al día, no se tiene mucha privacidad. Por lo que, tener otro tipo de espacios alivia el estrés. Empoderan a la gente, creo que cuando las personas tienen control sobre cómo trabajan, adquieren más sentido de propiedad, son más felices y están más dedicados al trabajo.”
Desde las áreas de trabajo compartidas a las personales, todos apreciaron este nuevo enfoque del espacio. El VP de Conciencia Social de West Elm, Jennifer Gootman viaja extensamente, así que regresar a una oficina que la hace sentir conectada con los artesanos globales con los que trabaja es inspirador. «Me gusta rodearme de imágenes de viajes, intercalados con nuestros productos artesanales. [La oficina] realmente refleja el trabajo que hacemos, la esencia de nuestros valores».
Jennifer era admiradora de Interface antes de que la compañía se convirtiera en una parte integral del nuevo diseño de oficina. Como parte de su trabajo sobre una estrategia de economías circulares para West Elm, comenzó un programa piloto a pequeña escala para mantener las alfombras fuera de los vertederos. Fue entonces cuando se familiarizó con Interface. «Desde hace tiempo admiro a la compañía que sé que realmente han sido pioneros en el reciclaje y la incorporación de contenido reciclado en la cadena de suministro de alfombras a través del programa [ReEntry®]. He tomado mucha inspiración de lo que Interface ha hecho para pensar en cómo West Elm puede incorporar contenido reciclado en nuestra cadena de suministro a un producto. Me alegró saber que estábamos trabajando tan intensamente con Interface.”
El proyecto West Elm/DUMBO simboliza la idea de un espacio positivo, sin embargo, fue un esfuerzo enorme que requirió un trabajo en equipo sin precedentes. Lo que pudo haber parecido una relación casual para algunos, fue probablemente una asociación inevitable entre Interface y West Elm.
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